Todo el mundo sabe que escuchar música, bailar, tocar un instrumento… tanto para los niños como para las personas adultas tienen muchos de beneficios. Los científicos cada vez están más convencidos de que existe un fuerte vínculo entre la música y el cerebro (a través de las conexiones neuronales). Los resultados obtenidos en diversos estudios, refuerzan la idea de que experimentar activamente los sonidos, en el transcurso de nuestra vida, tiene un profundo efecto en el funcionamiento del sistema nervioso.